Historia

A comienzos de 1884, el 1º de febrero, un escocés de 30 años que confiaba en sí mismo y en el país que lo había recibido, fundó una escuela de avanzada que habría de perdurar en el tiempo. Alejandro Watson Hutton había nacido en Glasgow, Escocia, el 10 de junio de 1853, recibiendo en la Universidad de Edimburgo el título de Master of Arts.
El nuevo establecimiento funcionó en sus inicios en el inmueble situado en la calle Perú 253/257.

Desde sus inicios el colegio funcionó como escuela bilingüe para niños de ambos sexos, tanto pupilos como externos.
En el año 1906 se trasladó a su actual sede, consubstanciándose desde entonces con el barrio de Belgrano, a cuyos habitantes supo prestar los servicios educacionales que la pujante barriada necesitaba, convirtiéndose, desde ese año, en un centro educativo señero, dinámico e irradiador de cultura y de formación integral. Consolidó una tradición que enorgullece a los integrantes de su comunidad pues supo y sabe cómo adaptar su acción a las demandas de los nuevos tiempos.
El señor Watson Hutton se retiró de la conducción de la escuela en 1910, sucediéndose en ella los señores Cuff y Tebbutt.

Bajo la dirección de este último, el establecimiento se transformó en escuela de varones solamente.
En la década del 60, vuelve a transformarse en una escuela mixta.
Desde 1938 y hasta 1962 la Dirección General de la escuela fue ejercida por el Dr. Humberto F. Ruchelli.

Desde los comienzos se instituyó la práctica de los deportes como un complemento esencial en la formación de los alumnos.
Uno de esos deportes se transformó en una pasión argentina: el fútbol. Este juego nació, podemos decir, en el Buenos Aires English High School, ya que sus prácticas se iniciaron en las viejas casillas cedidas a Watson Hutton por el entonces Ferrocarril Central Argentino y de allí se trasladaron al actual emplazamiento de la escuela.
Además del fútbol se practicaba cricket, natación, tenis, esgrima y boxeo.

El fundador, apasionado por el fútbol, enseñaba a sus alumnos cómo practicarlo y los entrenaba jugando con ellos los partidos que el conjunto colegial sostenía con otros establecimientos. Ese equipo triunfaba sobre sus contendientes por el grado de efectividad de sus integrantes.

Al obtener en el año 1900, el título de 1º División de la «Argentine Association Football League», el equipo se llamaba English High School.

Ante la queja planteada por los demás integrantes de la Liga , no se le permitió seguir utilizando el mismo nombre que el colegio,  por entender que implicaba publicidad encubierta, dado el alto grado de popularidad de que gozaba el equipo. Es por eso que, a partir del año 1901, el mismo continuó jugando con el nuevo nombre: Alumni
Su superioridad lo hizo triunfar en los torneos librados en los años 1901, 1902, 1903, 1905, 1906, 1907, 1909, 1910 y 1911.
En el año 1951 se creó, con idéntica denominación, un equipo de rugby formado por  ex-alumnos de la escuela.

La escuela fue y sigue siendo un establecimiento de doble escolaridad, en la que se desarrollan los programas oficiales tanto para los cursos de nivel inicial como para los de nivel primario. Asimismo se impone la enseñanza del inglés en forma integral, a fin de que el alumno sepa expresarse en forma oral y escrita. Desde sus comienzos, la escuela concibe el idioma inglés como una de las bases para el desempeño de sus egresados en la sociedad en la que deben actuar.

El deporte, como se expresara, es también un elemento considerado coadyudante en la formación integral de los alumnos; saber competir es saber desempeñarse en la vida, es saber reconocer las propias virtudes y las virtudes de los demás, es saber ganar, pero mucho más, es saber perder y con ese saber, volver a luchar para obtener, en buena ley, el triunfo ambicionado
La comunidad educativa del Buenos Aires English High School desempeña sus tareas aceptando su ideario que puede resumirse en la formación integral de sus alumnos, física, intelectual y moralmente, solidarios entre sí y transmisores de la conducta ética que la sociedad les reclama.

El Colegio, sus profesionales y sus alumnos, todos y cada uno de sus integrantes, son fieles a su lema SERVABO FIDEM (Conservaré la Fe), pues es la fe en la centenaria y siempre joven institución la que reúne a las generaciones de ayer con las de hoy y con las de mañana.