Proyecto institucional

El niño, a través de la interacción con su medio y a partir de sus propias posibilidades, desarrolla las capacidades que le permiten la formación de una personalidad autónoma e integrada activamente a la sociedad y la cultura en que vive.

Ésta es nuestra concepción de educación y, a partir de ella, pretendemos que la escuela constituya un lugar seguro y placentero donde sea posible interactuar y descubrir, fomentando la investigación, la participación crítica, reflexiva y responsable y donde el error sea considerado valioso a partir del aprendizaje que surge de él.

Brindamos a los niños una educación humanista, formando personas libres, autónomas, responsables; capaces de cooperar solidariamente desde su lugar de pertenencia en la sociedad; respetuosas de la vida y de las diferencias individuales; capaces de elegir, investigar y crear con responsabilidad en su medio. Creemos que el despertar en los niños estos valores resulta esencial ya que sin ellos poco importa la capacitación científica.

Buscamos fortalecer en los niños la identidad nacional, formando personas enraizadas en su propia cultura y sensibles hacia las otras; capaces de valorar críticamente la realidad geográfica y el patrimonio histórico, cultural y social del país, conscientes de la necesidad del cuidado del medio ambiente y capaces de disfrutar manifestaciones estéticas de diversos órdenes. Creemos en la necesidad de sostener la identidad nacional y al mismo tiempo fomentar el pluralismo cultural evitando la idealización de otras culturas en desmedro de la propia.

Ofrecemos a los niños una sólida educación científico – tecnológica formando personas que cuenten con las herramientas necesarias para la inserción en el campo laboral de una forma útil y creativa; capaces de producir y evaluar críticamente la información proveniente de diversos medios. Sostenemos que resulta indispensable la formación del espíritu de trabajo e investigación que apunte al protagonismo de su propio aprendizaje.

Este espíritu de trabajo e investigación deberá estar enmarcado en sólidas bases morales, profundas raíces éticas, amplio sentido de justicia y el sello imborrable e imperecedero de nuestro «ser nacional».